Tipo de proyecto:
Branding e identidad visual.
Cliente:
Zelwa Storytelling
Año:
2019
Tipo de proyecto:
Branding e identidad visual.
Cliente:
Zelwa Storytelling
Año:
2019
Tipo de proyecto:
Branding e identidad visual.
Cliente:
Zelwa Storytelling
Año:
2019
Tipo de proyecto: Branding e identidad visual.
Cliente: Zelwa Storytelling
Año: 2019
Tipo de proyecto: Branding e identidad visual.
Cliente: Zelwa Storytelling
Año: 2019
Zelwa es una consultora cuyo corazón es el storytelling. Les mueve encontrar el relato que hay detrás de cada marca. Trabajan con los propios trabajadores de las empresas, formando a sus líderes y a sus equipos para que construyan y narren historias que produzcan cambios.
Zelwa también es un pueblo real. El nombre de una aldea que ya no existe y a la que hoy es imposible acceder porque se la ha tragado el bosque. Un lugar irrepetible, hecho de las historias que nos contaron.
Zelwa es una consultora cuyo corazón es el storytelling. Les mueve encontrar el relato que hay detrás de cada marca. Trabajan con los propios trabajadores de las empresas, formando a sus líderes y a sus equipos para que construyan y narren historias que produzcan cambios.
Zelwa también es un pueblo real. El nombre de una aldea que ya no existe y a la que hoy es imposible acceder porque se la ha tragado el bosque. Un lugar irrepetible, hecho de las historias que nos contaron.
Zelwa es una consultora cuyo corazón es el storytelling. Les mueve encontrar el relato que hay detrás de cada marca. Trabajan con los propios trabajadores de las empresas, formando a sus líderes y a sus equipos para que construyan y narren historias que produzcan cambios.
Zelwa también es un pueblo real. El nombre de una aldea que ya no existe y a la que hoy es imposible acceder porque se la ha tragado el bosque. Un lugar irrepetible, hecho de las historias que nos contaron.
Zelwa es una consultora cuyo corazón es el storytelling. Les mueve encontrar el relato que hay detrás de cada marca. Trabajan con los propios trabajadores de las empresas, formando a sus líderes y a sus equipos para que construyan y narren historias que produzcan cambios.
Zelwa también es un pueblo real. El nombre de una aldea que ya no existe y a la que hoy es imposible acceder porque se la ha tragado el bosque. Un lugar irrepetible, hecho de las historias que nos contaron.
Zelwa es una consultora cuyo corazón es el storytelling. Les mueve encontrar el relato que hay detrás de cada marca. Trabajan con los propios trabajadores de las empresas, formando a sus líderes y a sus equipos para que construyan y narren historias que produzcan cambios.
Zelwa también es un pueblo real. El nombre de una aldea que ya no existe y a la que hoy es imposible acceder porque se la ha tragado el bosque. Un lugar irrepetible, hecho de las historias que nos contaron.
Zelwa es un lugar desconocido. Un lugar mítico en el que casi nadie ha estado y del que sólo se conocen las historias que cuentan de él.
Pero, ¿qué otros lugares existen que tengan también ese componente mítico?
Zelwa es un lugar desconocido. Un lugar mítico en el que casi nadie ha estado y del que sólo se conocen las historias que cuentan de él.
Pero, ¿qué otros lugares existen que tengan también ese componente mítico?
Zelwa es un lugar desconocido. Un lugar mítico en el que casi nadie ha estado y del que sólo se conocen las historias que cuentan de él.
Pero, ¿qué otros lugares existen que tengan también ese componente mítico?
Zelwa es un lugar desconocido. Un lugar mítico en el que casi nadie ha estado y del que sólo se conocen las historias que cuentan de él.
Pero, ¿qué otros lugares existen que tengan también ese componente mítico?
Zelwa es un lugar desconocido. Un lugar mítico en el que casi nadie ha estado y del que sólo se conocen las historias que cuentan de él.
Pero, ¿qué otros lugares existen que tengan también ese componente mítico?
La Antártida, Camelot, El Dorado, El Lago Ness... todos son lugares a los que les rodea un componente mítico.
Sin embargo, existen otros lugares aún más especiales. Lugares que no son únicos. Y precisamente lo que los hace interesantes es que son muchos.
La Antártida, Camelot, El Dorado, El Lago Ness... todos son lugares a los que les rodea un componente mítico.
Sin embargo, existen otros lugares aún más especiales. Lugares que no son únicos. Y precisamente lo que los hace interesantes es que son muchos.
La Antártida, Camelot, El Dorado, El Lago Ness... todos son lugares a los que les rodea un componente mítico.
Sin embargo, existen otros lugares aún más especiales. Lugares que no son únicos. Y precisamente lo que los hace interesantes es que son muchos.
La Antártida, Camelot, El Dorado, El Lago Ness... todos son lugares a los que les rodea un componente mítico.
Sin embargo, existen otros lugares aún más especiales. Lugares que no son únicos. Y precisamente lo que los hace interesantes es que son muchos.
La Antártida, Camelot, El Dorado, El Lago Ness... todos son lugares a los que les rodea un componente mítico.
Sin embargo, existen otros lugares aún más especiales. Lugares que no son únicos. Y precisamente lo que los hace interesantes es que son muchos.
En el Siglo XVI, los cartógrafos lo tenían complicado. No contaban con satélites y sus instrumentos para medir distancias eran muy rudimentarios.
A esto hay que añadir la existencia de lugares poco conocidos, o inexplorados; que muchas veces, desde el desconocimiento, se tomaban por peligrosos.
En el Siglo XVI, los cartógrafos lo tenían complicado. No contaban con satélites y sus instrumentos para medir distancias eran muy rudimentarios.
A esto hay que añadir la existencia de lugares poco conocidos, o inexplorados; que muchas veces, desde el desconocimiento, se tomaban por peligrosos.
En el Siglo XVI, los cartógrafos lo tenían complicado. No contaban con satélites y sus instrumentos para medir distancias eran muy rudimentarios.
A esto hay que añadir la existencia de lugares poco conocidos, o inexplorados; que muchas veces, desde el desconocimiento, se tomaban por peligrosos.
En el Siglo XVI, los cartógrafos lo tenían complicado. No contaban con satélites y sus instrumentos para medir distancias eran muy rudimentarios.
A esto hay que añadir la existencia de lugares poco conocidos, o inexplorados; que muchas veces, desde el desconocimiento, se tomaban por peligrosos.
En el Siglo XVI, los cartógrafos lo tenían complicado. No contaban con satélites y sus instrumentos para medir distancias eran muy rudimentarios.
A esto hay que añadir la existencia de lugares poco conocidos, o inexplorados; que muchas veces, desde el desconocimiento, se tomaban por peligrosos.
Estos lugares desconocidos normalmente se señalaban en los mapas dibujando animales fantásticos como criaturas marinas o dragones.
En el año 1510 se publica el Globo de Lenox, celebremente conocido por llevar la inscripción ‘Hic Svnt Dracones’ (‘Aquí hay Dragones’) para señalar uno de estos territorios inexplorados.
Estos lugares desconocidos normalmente se señalaban en los mapas dibujando animales fantásticos como criaturas marinas o dragones.
En el año 1510 se publica el Globo de Lenox, celebremente conocido por llevar la inscripción ‘Hic Svnt Dracones’ (‘Aquí hay Dragones’) para señalar uno de estos territorios inexplorados.
Estos lugares desconocidos normalmente se señalaban en los mapas dibujando animales fantásticos como criaturas marinas o dragones.
En el año 1510 se publica el Globo de Lenox, celebremente conocido por llevar la inscripción ‘Hic Svnt Dracones’ (‘Aquí hay Dragones’) para señalar uno de estos territorios inexplorados.
Estos lugares desconocidos normalmente se señalaban en los mapas dibujando animales fantásticos como criaturas marinas o dragones.
En el año 1510 se publica el Globo de Lenox, celebremente conocido por llevar la inscripción ‘Hic Svnt Dracones’ (‘Aquí hay Dragones’) para señalar uno de estos territorios inexplorados.
Estos lugares desconocidos normalmente se señalaban en los mapas dibujando animales fantásticos como criaturas marinas o dragones.
En el año 1510 se publica el Globo de Lenox, celebremente conocido por llevar la inscripción ‘Hic Svnt Dracones’ (‘Aquí hay Dragones’) para señalar uno de estos territorios inexplorados.
Al final, estos lugares donde se ponía la inscripción ‘Hic Svnt Dracones’, eran lugares inexplorados, lugares de los que sólo se conocían las historias que se contaban de ellos.
Y eso es precisamente lo que Zelwa hace: encontrar dragones. Encontrar historias. Historias cuyo origen son el propio cliente, las propias personas con las que trabaja Zelwa.
Al final, estos lugares donde se ponía la inscripción ‘Hic Svnt Dracones’, eran lugares inexplorados, lugares de los que sólo se conocían las historias que se contaban de ellos.
Y eso es precisamente lo que Zelwa hace: encontrar dragones. Encontrar historias. Historias cuyo origen son el propio cliente, las propias personas con las que trabaja Zelwa.
Al final, estos lugares donde se ponía la inscripción ‘Hic Svnt Dracones’, eran lugares inexplorados, lugares de los que sólo se conocían las historias que se contaban de ellos.
Y eso es precisamente lo que Zelwa hace: encontrar dragones. Encontrar historias. Historias cuyo origen son el propio cliente, las propias personas con las que trabaja Zelwa.
Al final, estos lugares donde se ponía la inscripción ‘Hic Svnt Dracones’, eran lugares inexplorados, lugares de los que sólo se conocían las historias que se contaban de ellos.
Y eso es precisamente lo que Zelwa hace: encontrar dragones. Encontrar historias. Historias cuyo origen son el propio cliente, las propias personas con las que trabaja Zelwa.
Del mismo modo que los cartógrafos del SXVI se encontraban ante zonas desconocidas en sus propios mapas; el cliente de Zelwa también desconoce una parte propia que está llena de historias.
Zelwa encuentra y da forma a esas historias, siempre junto al cliente, para construir su relato de marca.
Al final, estos lugares donde se ponía la inscripción ‘Hic Svnt Dracones’, eran lugares inexplorados, lugares de los que sólo se conocían las historias que se contaban de ellos.
Y eso es precisamente lo que Zelwa hace: encontrar dragones. Encontrar historias. Historias cuyo origen son el propio cliente, las propias personas con las que trabaja Zelwa.
Del mismo modo que los cartógrafos del SXVI se encontraban ante zonas desconocidas en sus propios mapas; el cliente de Zelwa también desconoce una parte propia que está llena de historias.
Zelwa encuentra y da forma a esas historias, siempre junto al cliente, para construir su relato de marca.
Del mismo modo que los cartógrafos del SXVI se encontraban ante zonas desconocidas en sus propios mapas; el cliente de Zelwa también desconoce una parte propia que está llena de historias.
Zelwa encuentra y da forma a esas historias, siempre junto al cliente, para construir su relato de marca.
Del mismo modo que los cartógrafos del SXVI se encontraban ante zonas desconocidas en sus propios mapas; el cliente de Zelwa también desconoce una parte propia que está llena de historias.
Zelwa encuentra y da forma a esas historias, siempre junto al cliente, para construir su relato de marca.
Del mismo modo que los cartógrafos del SXVI se encontraban ante zonas desconocidas en sus propios mapas; el cliente de Zelwa también desconoce una parte propia que está llena de historias.
Zelwa encuentra y da forma a esas historias, siempre junto al cliente, para construir su relato de marca.
El resultado es un logo en el que hay dragones.
Partiendo de una expresión seria y solvente, se introduce una W con un carácter creativo, que nos recuerda que Zelwa tiene sus propios dragones, su propia historia.
El resultado es un logo en el que hay dragones.
Partiendo de una expresión seria y solvente, se introduce una W con un carácter creativo, que nos recuerda que Zelwa tiene sus propios dragones, su propia historia.
El resultado es un logo en el que hay dragones.
Partiendo de una expresión seria y solvente, se introduce una W con un carácter creativo, que nos recuerda que Zelwa tiene sus propios dragones, su propia historia.
El resultado es un logo en el que hay dragones.
Partiendo de una expresión seria y solvente, se introduce una W con un carácter creativo, que nos recuerda que Zelwa tiene sus propios dragones, su propia historia.
El resultado es un logo en el que hay dragones.
Partiendo de una expresión seria y solvente, se introduce una W con un carácter creativo, que nos recuerda que Zelwa tiene sus propios dragones, su propia historia.
Del mismo modo, se plantea una paleta cromática sobria que contrasta con un toque de verde intenso que transmite energía y pasión.
Este mismo juego se aplica en el uso de la tipografía y la maquetación.
Del mismo modo, se plantea una paleta cromática sobria que contrasta con un toque de verde intenso que transmite energía y pasión.
Este mismo juego se aplica en el uso de la tipografía y la maquetación.
Del mismo modo, se plantea una paleta cromática sobria que contrasta con un toque de verde intenso que transmite energía y pasión.
Este mismo juego se aplica en el uso de la tipografía y la maquetación.
Del mismo modo, se plantea una paleta cromática sobria que contrasta con un toque de verde intenso que transmite energía y pasión.
Este mismo juego se aplica en el uso de la tipografía y la maquetación.
Del mismo modo, se plantea una paleta cromática sobria que contrasta con un toque de verde intenso que transmite energía y pasión.
Este mismo juego se aplica en el uso de la tipografía y la maquetación.
Julio Numar. Todos los derechos reservados. 2022
Julio Numar. Todos los derechos reservados. 2021
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